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Lyon, Parque de la Tete d´Or |
El libre albedrío nos había llevado a tener vuelo hasta Lyon, un auto alquilado y saber que en cinco días deberíamos estar en Perpignan. Y allí, llegó nuevamente esa frase motora: «¿para dónde vamos?»
Dos horas después, luego de pelear con el GPS (les recomiendo leer
User Friendly), tomamos la ruta correcta con destino
Sarlat-la-Canéda, sabiendo que la Dordoña se apropiaría de nosotros.
Ya en la ruta, con «nuestra amiga española» que vive dentro del GPS, vimos que nos separaban algunos kilómetros hasta llegar a
Sarlat, por lo cual, decidimos dormir en una ciudad que el camino hizo que encontráramos:
Riom.
Llegamos cerca de las cinco de la tarde, era invierno (fuimos a mediados de Febrero), por lo cual debíamos encontrar el típico hotel » bueno, bonito y barato», antes del anochecer.
Parados frente a la correspondiente
oficina de turismo y luego de haber sido amablemente atendidos, extasiados por lo que luego confirmaríamos que fué un hallazgo nos alojamos los tres ( madre, padre y adolescente ) en la cadena de hoteles «
ACE» cerca de la entrada de la ciudad.
A la mañana siguiente, salimos a ver que encontrábamos. Pasamos por la Oficina de Turismo para que no se nos escapara nada, y su recomendación fue: «Aujourd’hui, c’est jour de foire!» (¡Hoy es día de Feria!) y luego de caminar una cuadra, llegamos a la fiesta!! Ramos de flores, cierres de todos los colores, ropa, pollos cocinados a la vista, obras de arte, libros, sombreros, especias del mundo entero, y el alma de la típica feria.
Aquella, que me hizo recordar la feria cerca de casa y las películas de
Tita Merello acompañadas por
Pepe Arias que en ese momento veían mis padres.
Por la tarde, volvimos a subirnos al auto para hacer uso de algunas compras efectuadas en la feria (trajes de baño, pues como llegaríamos en invierno mi hijo y mi marido habían rehusado ponerlos en las valijas), y así poder disfrutar de un parque de agua de Royat, (cerca de Clermont-Ferrand Auvergne), plan que nos pareció divertido.
Nos sumergimos, literalmente, en un «Centre thermoludique», Royatonic, dispuesto para toda la familia, que los franceses utilizan evidentemente para pasar el invierno y divertirse.
Luego de nuestro día de «Spa», a la mañana siguiente pusimos rumbo a Sarlat-la-Canéda, preparando nuestros ojos y sentidos para adentrarnos al medioevo francés……
Sarlat, es mágica, dejamos aquí una foto como inicio del próximo relato….
PD: Dedicado a todos los que alguna vez necesitaron que «les dibujen un cordero», que les recuerden que «lo esencial es invisible a los ojos» y a todos los que fueron, son y serán nuestros amigos .
Donde dormir: No dejen de consultar la pagina de la cadena www.ace-hotel.com, realmente un lugar impecable con precios muy accesibles
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En circunstancias muy similares, conocimos Metz….. camino a Viena, y desde Parìs….una experiencia ùnica…. Conocè Metz….con su encanto medieval….
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