Caminamos sin rumbo, casi sabiendo que el Mediterráneo nos esperaba a la vuelta de cualquier esquina. Pero eso, no evitaba que estuviéramos aburridas.
Seguramente esa forma o espíritu de caminata nos llevaría a encontrar un tesoro inigualable, como en este caso, pero lo más importante ese día era «que estábamos aburridas».
Habíamos visto, catedrales magníficas, vitrales medievales, callejuelas tradicionales que invitaban a perderse en ellas, pero en lo personal no había logrado la vista conformar mi espíritu viajero.
No era Tarragona una ciudad a la que planeara volver.Y solo me agradaba la idea de saber que, si estaba allí, Juanchi, mi querido amigo estaría cerca, nada más que por esa razón .
Pero, volviendo a esa tarde calurosa, llegamos a una esquina ,dimos la vuelta y nos encontramos con una avenida que nos tomo de la mano y nos sentó de un empujón en su boulevard.
Delante nuestro, una fuente, a la cual le dedique muchas fotos pues me a mi entender, sus habitantes se lucen en ella, y mucho.
Luego, en el mismo boulevard que nos llevaría, mas tarde a cantar «nací en el mediterraneo « , frente a nosotras , allí estaba: Enorme ! , extraño!, dueño del lugar!, protagonista!.
Debo confesar que no me ocupé , ni me acordé de semejante «descubrimiento», hasta hace unos meses cuando mi amiga me mando un mensaje diciendo: » No era solo un monumento»!!!
A aquí les dejo la foto de uno de sus personajes que les avisa lo dicho anteriormente y…
el porque de: NO ERA SOLAMENTE UN MONUMENTO!!…..