
Y no les saque fotos a los impresos como billetes de dólares, caras etc., porque no podía creer lo que estaba viviendo…
París, hace unos años. Especial emoción. Llegamos a la ciudad de la luz.
Queríamos volver al Museo del Louvre, recorrerlo, disfrutarlo. Vivir experiencias y sensaciones inolvidables a pura piel.
En la recorrida, Leonardo Da Vinci se hacía presente con La Gioconda, acompañando el recuerdo de la película «El Código Da Vinci «
Afrodita de Milo nos mostraba su belleza. Victoria de Samotracia, maravillaba con sus detalles en mármol blanco. Emocionados, llenos de alegría, envueltos por el arte ..pero, llegaron dos momentos impostergables:
Yo, a mi marido: Necesito ir al baño.
Mi marido a mí: Tengo hambre.
Ok vamos por la primera parte…
Ir al baño en el viejo continente habitualmente tiene precio: Entre 1 o 2 euros. No es como aquí en Argentina. Costo de ese momento 1,50 euritos. Consultamos donde estaba y nos acercamos al subsuelo, a paso vivo.
Escena:
Puerta del Toillete (recuerden que estamos en París en el Museo del Louvre): Entrada como si fuera la de un hotel de 5 estrellas. Señor atrás de un mostrador, vestido como el » botones” que te recibe en la puerta del hotel con sombrero alto de copa y todo. Si, están leyendo correctamente.
Con mi «francespaninglish..y con el dedo le indico que necesito: Bonjuour,Madame , responde a mi gesto con una sonrisa.
Pago el ingreso al «Toillete». Me señala el panel con la opción de papel higiénico de la foto y otro más, que preferí no retratar. Y me dice o entiendo que puedo utilizar también el que está en el » habitáculo» o algo así. Estos tenían un costo diferencial.
Me acompaña hasta el «habitáculo», tira perfume, descarga del agua del inodoro, hace la seña de «ingrese por favor acompañando con su mano el gesto » mientras escucho lo más parecido a «s’il vous plait, Madame «. Entré, él acercó la puerta, yo la cerré y me quedé un instante parada entendiendo la situación.
Salí del habitáculo, el Señor estaba parado cerca. Me sonríe y con un gesto de amabilidad me acompaña hasta la salida y me dice algo como :Bonne journée madame (Que tenga muy buenos días, Señora).
En – can – ta – dor….!
Que más decirles. Viajar te acerca todo tipo de experiencias. Jamás, jamás, me voy a olvidar de este momento.
Pd:
Los papeles de la paleta de colores eran más lindos que las otras opciones, lo que no sabré jamás, si más suaves
Claudia