¿Los viajes son siempre únicos e irrepetibles? ¿Es todo perfecto y maravilloso?
¡Mi experiencia es, No!
Aquí va un relato, en donde pasaron algunas cosas… y aprendimos.
Ruta propuesta
Chile: Puerto Montt –Chiloé – Chaitén –Futaleufú / Argentina: Bolsón- Vuelta a MDQ
Primer tramo:
En el sur de Chile, es habitual el transporte en barcazas, la gente se sube con auto y todo recorriendo así el país, visitando familiares o volviendo a casa.
La primera barcaza la utilizamos para ingresar a la Isla de Chiloé (Pargua – Chacao). Una navegación de 30 minutos. Seguimos ruta hasta llegar a la ciudad de Castro. Visitar La Iglesia de San Francisco y las construcciones en palafitos.
La iglesia de San Francisco junto a 16 iglesias más, fueron construidas en madera, materiales de la zona y ensambladas con tarugos (ni un clavo). Jesuitas y Franciscanos pusieron manos a la obra allá por el siglo XVII / XVIII. Hoy son Monumentos Nacionales de Chile y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.





La postal clásica de palafitos o casas sobre pilotes, está en el puente de Gamboa, allí hay un mirador. Casas de colores sobre el agua, hostels restaurantes, un lugar singular.
Debíamos tomar la siguiente barcaza para cruzar al continente, allí en Castro, (ciudad costera y capital de la provincia de Chiloé y formada por la Isla Grande más 40 archipiélagos).
Por un tema de mareas, la empresa avisó que zarparían desde Quellón, lugar al sur de la isla y casi enfrentada con la localidad de Chaitén. Hay otro post que habla del cruce, (Papas Iglesias y volcanes), y la maravilla del escenario.
Volviendo a la ruta, el cambio de lugar y la baja de la marea hizo que a último momento nos quedáramos a dormir en Castro.
A la noche, escuche que alguien hablaba de “alerta naranja”, o algo parecido. Pero como “no hay que escuchar comentarios de los demás”, nos fuimos a dormir.
Por la mañana, desayunamos y nos fuimos a Quellón, allí está ubicado el Hito Cero de la Carretera Panamericana. Cruza 12 países, sus culturas y finaliza en Anchorage (Alaska)


Esta barcaza (ferry) era enorme y transportaba muchísimos autos, camiones, provisiones y gente. Obvio, parte de la vida cotidiana de ese lugar, su cultura y rutas turísticas.
La navegación duró 7 /8 horas, habíamos elegido un camarote para los cuatro, pero, disfrutamos más el paisaje que el camarote. Mientras iba por un café, volví a escuchar la frase “alerta naranja”
Llegamos a Chaitén casi al atardecer, dos años antes, el Volcán Chaitén había iniciado actividad. Horas después, la erupción arrasó con la localidad habiéndose producido una de las mayores explosiones volcánicas de la zona.
Producto de semejante tragedia, poco había en Chaitén. Mejor dicho, había muchísimo, producto del esfuerzo de los pobladores que permanecían en ese lugar. El gobierno chileno construía una nueva ciudad a pocos kilómetros de allí, pero un grupo de personas no querían dejar el lugar, y mantenía en pie sus casas, el colegio, la administración entera del pueblo.



Volviendo a nuestro viaje, la idea original era llegar más temprano para seguir ruta y dormir en El Bolsón. Pero el atraso del ferry nos hizo llegar cerca de las 18:30 horas .
Preguntamos donde dormir y nos alojamos en unas cabañas muy lindas. Al momento de cenar, por la hora y por la situación del pueblo solo había un restaurante con un solo menú. Arroz con pescado a la plancha. El más rico del mundo.
El restaurante y el pueblo entero se abastecía de agua por camiones que los proveían ellos mismos y la electricidad en este caso se las ofrecía un generador casero.
Luego de cenar, caminamos un rato por el lugar. La playa todavía tenía buena parte de las cenizas, a lo lejos se veía hundido el techo de una casa. En los cordones de las veredas había pequeñas montañas de cenizas. Todo era color gris, ya asomaba el verde del bosque o la selva valdiviana, pero prevalecía el color ceniza.
A la mañana siguiente, nos despertamos temprano para seguir camino. Ninguna de las camionetas que se habían alojado con nosotros estaba en el complejo de cabañas.
¡Nadie! Solo nosotros y los dueños del lugar. Obvio, había Alerta Naranja ….
Aclaraciones:
Seguimos viaje y conocimos nuevas maravillas. Futaleufú y El Glaciar Yelcho (aquí me sentí Homero Simpson, ya les contaré el motivo)
Al llegar al Bolsón se rompió la Kangoo donde viajábamos
Días después, Chile sufrió un sismo terrible y un Tsunami azotó las costas del país.
¡Los viajes no son perfectos, pero te enseñan siempre!
