La pandemia nos agarró a todos a punto de hacer algo, que nos quedó ahí, en off side (orsai, para los argentos), y haciendo equilibrio de todas las seguridades que creíamos eternas. Nos tuvimos que rehacer y los que tuvimos la suerte de gambetear las consecuencias del bicho fuerte, tenemos cientos de anécdotas para contar de ese 2020 inolvidable.
Nosotros teníamos un ticket aéreo que decía “EZE-IAH 36J IAH-NRT 45J”, jeroglífico que para quienes nos entusiasma subirnos a un avión, suena a un poema de Neruda o a un haiku (en este caso). Nos íbamos a Japón, éramos 4, casi 10 meses organizando recorridos para el hanami, conectándonos con guías, soñando con dormir en un tatami, o viendo dónde comer el mejor okonomiyaki.
Sí, 20 de marzo, obviamente vuelo cancelado. No seguiré el relato por aquí, porque como dice Joaquín Sabina, “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió…». (de paso tarareala mientras seguís leyendo)
Desilusión, expectativa, miedo, egoismo, sigan la lista con sus sensaciones en marzo 2020.
Se imaginan que nuestra primera vez en Asia, estaba más que organizada y revisada, un par de departamentos, un hotel, dos hostels, un Japan Rail Pass (pase de trenes), dos guías locales, decenas de suscripciones a canales de youtube de viajeros por el país del sol naciente, cuestiones que si te organizás vos tus viajes, sabés de que te hablo (si no, decinos, que te lo organizamos nosotras)
Si tuviste un viaje suspendido en pandemia, seguramente te suene familiar el resto del relato.
Comunicarse, o intentar al menos, con los proveedores de los servicios, lograr que te contestaran (ni ellos sabían que decir), y siempre esperar la decisión que tomaría cada empresa.
En nuestro caso, quedó algo así, (más de un año después de comenzadas las gestiones). Antes de contarles, creemos que a pesar de todo, fuimos de los afortunados que gestionamos de la forma “menos mala”.
United Airlines nos dio a elegir entre devolvernos el dinero en pesos o transformarlo en un crédito en dólares para futuros vuelos. Almundo nos pasó todo a créditos para usarlo en un período de tiempo y Despegar nos dio un cupón en dólares.
En realidad todos nos dieron a elegir si queríamos los pesos o los créditos, excepto el Japan Rail Pass, que ellos mismos nos pidieron que les devolviéramos los vouchers y nos acreditaron todos los dólares pagados (aclaro que esos pases son caros, lo cuál se agradeció infinitamente).
Ahora regresemos a 2023. Hay que usar todo para que no se venza. Un problemón tener que viajar sí o sí, verdad?
Y a dónde vamos? Japón hoy está muy por arriba de nuestro presupuesto, ya que los créditos de United quedaron muy por debajo de la tarifa a Tokyo, así que será en otro momento. Cuando los emitimos en 2019 habían sido de esos vuelos que a veces están ahí, baratos para nosotros, como les conté en La moda de presumir de los vuelos baratos
De manera casi obsesiva entré a la web de la aerolínea todos los días hasta dar con el vuelo que podía funcionar. Consultar de forma urgente las fechas de vacaciones de todo el grupo, se puede?, Listo, se emite. Se imaginarán que no todo es perfecto y siempre hay que poner más dinero, no?
Alojamientos, ¿a ver qué onda nuestros créditos y cupones?, debo decir que la prueba no fue superada con éxito.
¿Qué pasó? Los créditos de almundo, nos lo asignaron nuevamente (según ellos estaban vencidos) por 24 hs pero leé bien lo que sigue: “al valor en dólares PERO al cambio de enero 2023, del monto en pesos pagado en 2019”. No saquen cuentas que ya arruiné la calculadora con las lágrimas mías que le iban cayendo.
Ahora vamos a despegar: Hotel 1 no acepta cupón, Hotel 2 no acepta cupón, Hotel 231 sí acepta cupón, pero está como a 60 km de dónde queríamos alojarnos. Va igual, nos gusta el lugar y en el mundo del viajante no se desaprovecha jamás un cupón de 350 dólares. Acomodamos el recorrido y de hecho nos gusta más.
Conclusión: el crédito de 2 vuelos a Japón en 2020, alcanzaron para 1 vuelo y ¼ para 2023, a Estados Unidos. Lo que en 2020 nos alcanzaba para 21 noches en Japón, se transformaron en 4 noches en el nuevo destino y pagando un plus.
En marzo 2023, volaremos a San Francisco, en un viaje que nos tiene muy entusiasmados. No creo que lean este post hasta que no esté en destino, por cábala nomás. No creo en la suerte, pero, por las dudas, no?.
No fue un relato de viaje, más bien fue de un “no viaje”.
Seguramente el próximo, sí sea un relato de viaje por la Costa Oeste de Estados Unidos. Una narración de paisajes, gente, arte, anécdotas y todo eso que nos encanta cuando viajamos.
Nos vemos a la vuelta!