La moda de presumir de los vuelos baratos

Simulemos frases escuchadas en una charla de playa, mate de por medio con vecinos de verano:

  • Yo saqué un pasaje a New York por US$400 ida y vuelta
  • Pero vos no pasaste los puntos del Banco a Millas????
  • Me voy a Cancún, con las millas obvio.
  • Metete en el programa de puntos, que te vas por dos mangos y encima te lo financiás en pesos.
  • Yo compré los pasajes un feriado a las 4 am.

Estas charlas dan para todo, arreglamos la inflación en el país, nos ponemos al día con la serie del momento, nos agendamos el teléfono del plomero y lo más importante para este relato: nos enteramos cómo consiguieron un pasaje a precios ínfimos a Nueva York con equipaje facturado, sin escalas y hasta incluye una mantita con tu nombre bordado (es mucho, no?).

Presumir de pasajes baratos está siendo un deporte cada vez más asiduo. Y una se siente una verdadera inútil porque da vueltas la web de pies a cabeza, porque tenemos el ejercicio de hacerlo para nosotras y para nuestros seguidoresamigosclientes. Paseamos de la web Líneas Aéreas VOYCOLGADADELALA, hasta la de VOLANDOCONGENTEVIP, y no logramos ver un vuelo por menos de US$840 con escalas en Singapur, Madrid y Ciudad de México que en solo 79hs te deja en el JFK, sin valijas obvio. Pero el de 400 ni cerca.

¿Existen esos vuelos tan baratos? Y la respuesta es Sí, de vez en cuando aparece algo que no se puede creer, pero hay que reservarlo en ese instante y en general con fechas determinadas, donde si movés un día, ya te sale el triple. Y no todos los mortales podemos decidir así un viaje: sin consultar en en tu trabajo a ver si podés tomarte esos días, o si tu tía puede venir a hacerse cargo de los chicos, o como te vas a manejar con el gato. Definitivamente estas ofertas, si bien existen, no todos podemos usarlas siempre, aunque las estemos viendo con estupor en la pantalla.

¿Y no les pasa que siempre que buscan para las fechas que quieren, esas tarifas no aparecen? A nosotras todo el tiempo. Puedo flexibilizar 3 días para un lado y para el otro, pero las tarifas no mueven mucho y no la puedo bajar de US$1328. Decepcionada pero con la convicción de que yo puedo irme pagando menos, porque me vi todos los videos de tiktok, reels, blogs y cuanto gurú de los viajes baratos existan, recurro a otro recurso: «millas».

Ingreso a la web de la aerolínea y entusiasta y optimista veo 39000 millas. Parece un montón, las vengo juntando hace bastante, de unos vuelos que hice por Argentina y con la tarjeta de crédito que las acumula (donde el único incentivo cuando llego a la caja del super y veo cuánto gasté es pensar en millas, millas, millas).

Bien, miro la tabla, me alcanza para un tramo a New York. Genial Valeria, puedo tener la ida, veamos fechas: primera semana de abril no hay, segunda tampoco, cuarta de septiembre sí, me arriesgo, dejo trabado el canje de millas y me apresuro a buscar la vuelta… No encuentro nada para volver por debajo de los US$973, y si sumo los impuestos que hay que pagar por el canje de millas me quedaría en US$1227… Bueno, lo pienso. El tema es así: ahorro más o menos 100 dólares, pero cómo no era mi primera opción de fecha, solo busqué por estos días porque eran las fechas que había un tramo con las millas, me dejé llevar por el entusiasmo. Pero voy a tener que pagar a quién me cubra en el trabajo y me va a salir más qué los US$100 que me estoy ahorrando, game over.

¿Entonces no sirven las millas? Sí, claro que sirven. Hay que ser un ingeniero de viajes a la hora de organizarlo, estar pendiente y revisando a cada rato si aparece lo que busco. Lleva su tiempo, es un trabajo. Lo hemos hecho y funciona sí, funciona.

A veces hay que ser flexibles, como la vez que viajamos a Ushuaia con dos aerolíneas diferentes, porque teníamos millas en Latam y en Aerolíneas, fue divertido y no pagamos un peso. O cuando fuimos a Disney, que entré un domingo a la mañana y el vuelo estaba ahí mirándome, diciéndome, acá estoy, soy todo tuyo. Y lo canjee sin consultar y tuvimos que salir corriendo a comprar los vuelos que faltaban. Pero allá fuimos pagando la mitad de los pasajes de la familia.

A veces están ahí, vestidos, perfumados y listos para nosotros. A veces no, y tenemos que buscar los mejores precios posibles dentro de la oferta que hay y no sentirnos mal.

Porque los que cuentan que compraron un ida y vuelta a US$400, no cuentan todas las veces que lo compraron a US$1328 o más. Efecto redes sociales no?, mostrar solo lo que sale bien.

¿Y si les cuento lo de los puntos de los hoteles que quedaron pendientes de un viaje suspendido en pandemia? Eso le dejo para otro relato, porque es otra obra de la ingeniería en diseño de viajes.

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